Odia el descafeinado, pero su taza favorita es “la tercera del día”.
Consuelito
Administradora de Cultivo
Coordina las jornadas de recolección y asegura que solo se corten cerezas en su punto óptimo de madurez.
En 2018, entre las montañas de Cachipay, Cundinamarca, nació Finca Serrezuela, un proyecto familiar inspirado en el deseo de honrar la tierra, proteger el bosque y rescatar la esencia del café colombiano. Rodeada de árboles nativos y fuentes naturales, la finca florece como un refugio verde donde la agricultura orgánica y la sostenibilidad son una forma de vida. Cada grano es recolectado a mano con dedicación, reflejando la conexión entre el ser humano y la naturaleza. Serrezuela no solo cultiva café, cultiva propósito: una tradición que rinde homenaje al venado de cola blanca, guardián del bosque de Cundinamarca, y símbolo de equilibrio, respeto y vida.
Desde 2021 hacemos parte de la nueva generación de empresas de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), reafirmando nuestro compromiso con la sostenibilidad, la comunidad y el medioambiente.
En 2022, fortalecimos nuestras alianzas con pequeños productores de la región, compartiendo conocimiento y buenas prácticas de cultivo regenerativo. Ese mismo año, dimos inicio a nuestro programa de educación ambiental, promoviendo el cuidado del suelo y la biodiversidad en las zonas cafeteras vecinas.
Durante 2023, consolidamos nuestro laboratorio de catación y control de calidad, lo que nos permitió perfeccionar cada perfil de taza y abrir nuevas oportunidades en el mercado de cafés de especialidad. Este avance nos acercó aún más a nuestro propósito: representar el alma del campo colombiano en cada grano.
En 2024, ampliamos nuestra presencia internacional, llevando el sabor de nuestro café a nuevas mesas y corazones alrededor del mundo. Hoy seguimos cultivando con pasión, honrando nuestras raíces y construyendo un legado que crece con cada cosecha.
En nuestra finca, la sostenibilidad no es una opción, es un compromiso. Aplicamos prácticas agrícolas responsables que cuidan el suelo, conservan el agua y protegen la biodiversidad, asegurando un futuro más verde para nuestras comunidades y el planeta.
Detrás de cada taza hay manos expertas y corazones dedicados. Nuestro equipo trabaja con orgullo y pasión en cada etapa del proceso, desde la cosecha hasta el beneficio, para ofrecer un café auténtico, lleno de historia y carácter.
Odia el descafeinado, pero su taza favorita es “la tercera del día”.
Administradora de Cultivo
Coordina las jornadas de recolección y asegura que solo se corten cerezas en su punto óptimo de madurez.
Dice que no necesita balanza: con solo ver el árbol ya sabe cuántos kilos va a dar… y casi siempre acierta (o eso dice él).
Recolector
Guardián del origen. Con manos sabias elige cada cereza en su punto perfecto, dando inicio al legado de un café con alma y tradición.
Dice que dejó el beneficio tan bien nivelado… que hasta el café escurre en línea recta.
Ingeniero de Obra
Constructor del legado. Diseñó y levantó el espacio donde el café cobra vida: donde se lava, se seca y se transforma con precisión y respeto por el oficio.
Jura que las matas crecen más si les pone boleros los viernes.
Encargado de Campo
Supervisa el cultivo con precisión; coordina siembra, poda y sombra para mantener un ecosistema sano y productivo.